30.11.07

I

apretando la cabeza contra el martillo. aplastados.
metiendo el dedo en la tijera. cortados, heridos.
costumbre no debida, de mirar donde la tierra no existe, y el cielo se fugó.
sucios pero coloridos, reventados pero unidos.

y si te preguntan un color decis rojo sin pensar sin olvidarte el miedo que te dá. la boca de pez te anuncia que la carne la tierra se acaba. solo. solos.
mientras tanto tengo tanto surco en la mano que no se para donde agarrar. y eso, eso.

las armas si no tienen sangre que las bañe, no son reales. leyes no las impusimos, nos las pusieron. suponemos siempre que el de siempre sabe y el de nunca no entiende. suponemos pero no sabemos, no queremos. Un día o dos tardas viviendo, mejor no llegar tarde a trabajar.

en la oficina, en el jardin, en la frazada hasta la cabeza, la cueva de colores brillantes nos pide una nueva repisa.
cada dia nos baña el aceite que de pronto quema, como cabezas redondas giramos sin mirar el hueco de la bala.

1 comentario:

Péto dijo...

esto si que pega